martes, 24 de noviembre de 2009

Leyendas Urbanas (part.3)

La psicosis por la gripe A también ha llegado a este país, y prueba de ello son las continuas noticias en televisiones y periódicos referentes a la aparición de nuevos casos así como la campaña sanitaria centrada en anuncios y carteles educativos, las mascarillas que llevan algunos y los dispensadores de gel colocados en ciertas oficinas.

Como ya he comentado muchas veces, la introducción y consumo de alcohol está totalmente prohibida y perseguida en este país independientemente de la nacionalidad y religión del sujeto. A pesar de ello, existe una lucrativa red de tráfico de alcohol importado ilegalmente (precios desorbitados) o de fabricación casera de calidad más que dudosa.

Pues bien, la desesperación y locura saudita no ha dejado pasar por alto esta oportunidad y según una información que acaba de llegarme, algunos elementos - no sé cómo denominarles - están utilizando el gel de manos para destilar alcohol de forma casera. Supongo que el líquido resultante será altamente tóxico, así que menudo colocón que se estarán pillando algunos.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Pray kit

Como las últimas entradas me han quedado un poco espesas, voy a dedicar ésta a subir algunas fotos.

En primer lugar, quería mostrar otro de los edificios singulares de Riad. Además del símbolo arquitectónico de la ciudad, la Kingdom Tower (el abrelatas) y la 'Al Faisaliah Tower', el siguiente edificio característico es el Ministerio de Interior, también conocido como "el ovni".


El edificio es igualmente espectacular de noche con las luces encendidas, pareciera que va a despegar en cualquier momento. Recordar a futuros visitantes que hacer fotografías a edificios del gobierno, bases militares, etc. está totalmente prohibido, así que hay que ser muy discreto.

Cambiando de tercio, ya no es muy habitual pero antiguamente en España y otros países occidentales te podías encontrar una biblia en el cajón de la mesilla de los hoteles. Nunca llegué a entender muy bien el motivo de esto ya que suponía que si alguien quiere leer la Biblia por las noches pues se la podía llevar en su equipaje, igual que otros nos llevamos novelas.

En cualquier caso, el equipamiento en los hoteles arábigos no se limita al Corán, sino que completan el kit con la alfombrilla para extender en la propia habitación y cumplir sin problemas con las 5 oraciones diarias.
















Lo más curioso es que dentro del cajón de la mesilla hay una pegatina indicando la dirección geográfica en la que se encuentra la Meca, para que nadie tenga que preocuparse de orientarse dentro de la habitación.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Se busca: libertad de culto

Leo con estupor una noticia en la que se dice que el gobierno español ha solicitado a los ayuntamientos que cedan suelo para la construcción de mezquitas en España.

No llego a imaginar que la Royal Family saudita solicite a los ayuntamientos que cedan suelo para la construcción de iglesias católicas, protestantes, evangélicas, templos budistas e hinduistas y para la reunión de cualquier otro culto que no sea el musulmán.

¿Cuándo vamos a aprender a dar lo que recibimos y aplicar el principio de reciprocidad?

Ya sé que el tema religioso es un poco conflictivo en los tiempos que corren, pero al menos en la UE podríamos aprender de países como Brasil que aplican el principio de reciprocidad a rajatabla y empezar a exigir a los sauditas que quieran visitar Marbella que se gestionen una carta de invitación de una empresa española, nada de abrir nuestras playas y mansiones a cualquier turista que quiera presentarse allí.

¿ya es Navidad en Arabia?

Ya ha llegado la Navidad a Riad.

Sí, es coña. Pero si fueras teletransportado a esta ciudad y nadie te dijese nada ni supieras en que fecha te encuentras no te darías cuenta de la diferencia:
  • Algunas calles, todos los centros comerciales y los hoteles se encuentran desde hace unos días engalanados con lucecitas como las de Navidad, pero sin ángeles ni estrellas
  • Los colegios y las oficinas de la Administración Pública han cerrado desde la semana pasada
  • Los sauditas de Riyadh han cogido vacaciones y han partido en desbandada hacia otras localidades del Kingdom o a los típicos destinos vacacionales, siendo Egipto y Dubai los más populares
  • Los que se quedan aquí, hacen acopio de toda clase de suministros en los centros comerciales, preparándose para las grandes celebraciones que se avecinan

¿El motivo? pues que la Hajj o peregrinación a la Meca está a punto de comenzar. Millones de personas de otros países han entrado al país por tierra, mar y aire y se encuentran cerca de la ciudad santa. Este miércoles 25 de noviembre ha sido señalado para el gran festejo en el que comenzará la peregrinación. Durante los días siguientes, millones de personas entrarán en la ciudad de Meca y se pondrán a dar vueltas a la Kaaba en oración.

A principios de diciembre los festejos se darán por terminado, los extranjeros volverán a sus países, los locales volverán a sus trabajos y los niños a sus colegios. Para aquel entonces, el mundo cristiano comenzará los preparativos de su versión de la Navidad. Aquí sin embargo no verás nada que te haga pensar que los cristianos están de fiesta, casi todos se las apañan para poder volver con sus familias en esas fechas.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Experiencias en el fitness club

Ha comenzado una nueva semana en el Kingdom después de un fin de semana sin grandes hazañas que mencionar. Además de tostarme un poco en la piscina con unos agradables 25º a 27º, he aprovechado para ir al gimnasio del hotel - como suelo decir "toda máquina de precisión necesita de un mantenimiento".

La experiencia en el gimnasio ha sido un poco más desagradable de lo que esperaba. No ha sido ninguna sorpresa el tener invertir el fin de semana en la piscina y en el mencionado gimnasio sin tener la posibilidad de ver a una sola mujer, imaginaos la que podría liarse si una mujer con vestuario más o menos deportivo y ajustado se pusiese a ejercitarse o a tomar el Sol al lado de los árabes que se alojan en el hotel o de los socios del club de fitness, ya me los imagino babeando sin parar de mirar a la incauta.

El problema ha sido que, aparte de otros pocos expatriados, la fauna árabe que poblaba el gimnasio consistía mayoritariamente en un grupo de obesos que se dedicaban a andar en las cintas de correr y que emitían una incesante cantidad de sonidos a causa de la imposibilidad de utilizar la nariz como orificio expulsador de mucosidades (me pregunto si esto les estará prohibido). Pues bien, la secuencia que llevaban a cabo es la siguiente:
- insuflamiento de aire a presión por la nariz para recoger las mucosidades presentes y almacenarlas temporalmente en la garganta
- exhalación de aire desde la garganta "in-gargajo-mode" para expulsar las mucosidades recopiladas en el pañuelo de papel dispuesto a tal fin delante de la boca

Todo esto sobrepasando el nivel máximo de decibelios aconsejado por la OMS, ni siquiera con mis auriculares a todo volumen pude dejar de escucharlos.

Ya sabéis, si alguna vez viajáis al Middle East, no olvidéis traeros doble dosis de paciencia en la maleta.

martes, 17 de noviembre de 2009

No hay business sin sponsor

Hacer negocios en Arabia Saudí requiere más paciencia y más trámites de los que uno pueda llegar a imaginarse.

En primer lugar, antes de hacer nada en este reino, ya sea como persona individual o como empresa, necesitas un sponsor (o agente), es decir otra persona que te represente y te introduzca donde lo necesites.

El sponsor es necesario para todo:
  1. Para escribir las cartas de invitación con las que poder pedir un visado
  2. Para gestionarte un móvil de postpago o los servicios de un conductor
  3. Para presentarte ante cualquier empresa (nadie te recibirá si no lo haces de la mano de un influyente sponsor)
  4. Para facturar a cualquier empresa por los bienes o servicios proporcionados

No vale cualquier sponsor, cuanto más prestigioso sea más fácil será que te reciban y que te hagan caso. A pesar de lo que está levantando la prensa sobre los casos de amiguismo, tráfico de influencia, sobornos..., aún nos queda mucho para alcanzar los niveles de esta zona del mundo.

A cambio de estos servicios, evidentemente el sponsor se asegura una suculenta comisión. Como al final muchos o la mayoría de los sponsores guardan alguna relación con la familia real, pues todo queda en casa.

¿Alguien conoce alguna forma mejor de controlar qué empresas quieres que entren a operar en tu país y asegurarte unos ingresos extra con sus inversiones?

La vida sigue igual

Hace unos días que ya piso tierras de infieles (o de fieles según el color de la religión con que se mire) y creo que nada ha cambiado en mis 3 meses y pico de ausencia, vamos a resumir:
  • Las colas del aeropuerto siguen siendo las mismas pero es posible escapar de ellas fácilmente aplicando unas básicas reglas
  • Los indios y paquis siguen currando como esclavos
  • Los sauditas siguen conduciendo como si las más básicas normas de circulación no se hubieran escrito para ellos, y el tráfico sigue siendo un caos
  • El Intercontinental (aka IC) sigue siendo probablemente el mejor hotel en el que he tenido el placer de alojarme
Lo bueno es que las temperaturas son agradables y si el curro lo permite, a lo mejor hasta puedo disfrutar de unos rayos de Sol y de piscina este fin de semana.

Dentro de una semana (el 24 de Noviembre) empezarán los días de Hajj, es decir la conocida peregrinación a la Meca, este año marcada por el temor a la gripe A.

jueves, 29 de octubre de 2009

After Rehab, back to Riyadh

Han pasado ya tres meses desde la última vez que pisé Riad. Desde que aprendí a bucear en Omán, siempre he comparado lo de vivir y trabajar en Arabia con esta actividad deportiva.

Cuando buceas tu cuerpo acumula nitrógeno, a mayor profundidad y mayor tiempo de buceo, más nitrógeno acumulas. Llegado un cierto límite que es el que debe controlarse en todo momento mediante tablas y computadoras, el exceso de nitrógeno puede convertirse en burbujas que empiecen a pulular por tu sangre y causen daños cerebrales o la muerte. Al salir del agua, tu cuerpo se va deshaciendo lentamente de ese exceso de nitrógeno.

Esto es básicamente lo que he estado haciendo durante estos tres meses, deshacerme del nitrógeno acumulado en mis venas tras unos ocho meses trabajando en Riad, de modo que después de esta rehabilitación ya estoy en condiciones de viajar a este país de nuevo, aunque por un periodo de tiempo más corto porque hay secuelas que nunca llegarán a desaparecer.

jueves, 23 de julio de 2009

Riyadh IC

Hace un par de meses nuestra empresa decidió que había llegado el momento de recortar gastos y nos cambió de compound. Dejamos unos de los más caros compounds de Riad por otro de lo más normalito, aunque el ambiente no cambió mucho. De estar en uno repleto de familias inglesas y americanas, nos fuimos a otro atestado de familias egipcias, libanesas y jordanas.

Las mentes pensantes de mi empresa nunca llegarán a comprender que si de verdad quieren incentivar a sus empleados a que se aventuren a viajar a estas tierras, deberían procurar de buscarnos alojamiento en alguno de los compounds con otro tipo de vida social que no sea sacar a pasear a los niños. No hace falta que nos metan en los compounds donde se alojan las tripulaciones de vuelo, pero al menos algo más animado sí se agradecería.

El caso es que, circunstancias de la vida, resulta que se ha incorporado más gente y no había sitio para todos nosotros en el compound, así que me presenté voluntario para mudarme a un hotel, así que he terminado en el Riyadh Intercontinental, que posiblemente sea el mejor o uno de los mejores hoteles en los que me he alojado, y que por otra parte se sitúa como el tercer mejor hotel de Riad, después del Four Seasons y del Al Faisaliah.

La habitación que tengo llegará fácilmente a los 50 metros cuadrados y las facilidades del hotel son innumerables, lo más destacado además de sus restaurantes, tiendas, piscinas, pistas de tenis y gimnasio, es un campo de golf de 9 hoyos (a pesar de encontrarse en el centro de la ciudad).

Pasando al tema de la carnaza periodística, mi conductor me ha vuelto a confiar algunos de esos rumores que tanto gusta a mis seguidores. Resulta que este hotel es muy frecuentado por algunos príncipes y demás gente de familias poderosas para sus escarceos sexuales y amorosos, porque claro, a pesar de vivir en palacetes, no hay nada mejor que un hotel así para echar una canita al aire. Es decir, un picadero a todo lujo.

Pues eso, después de casi 8 meses en el reino, porque yo lo valgo.

miércoles, 22 de julio de 2009

No rezas, no cenas

Creía que ya nada iba a sorprenderme de Arabia, pero siempre te encuentras con algo nuevo. Hoy al salir del trabajo nos hemos ido a un Tony Roma's a degustar "las costillas más famosas del mundo", como pone en la carta, aunque por supuesto en lugar de deliciosas costillas de cerdo aquí lo que sirven es un pedazo de hueso de chuletón de vaca (ni siquiera se le puede llamar ternera).

El caso es que llegamos al restaurante a eso de las 19:30 (es lo que tiene currar con británicos) y el camarero nos advierte que sólo quedan 45 minutos para la oración, algo que ya sabíamos y a lo que no sueles dar más importancia. Ya sabemos que durante la llamada a la oración todos los establecimientos cierran sus puertas y no te atienden en ningún lado, así que tienes que tener siempre en cuenta el horario cuando vas a un restaurante para hacer el pedido y que te sirvan antes de la oración.

Al principio parece difícil: cinco oraciones al día que van cambiando de horario a lo largo del año dependiendo de la posición del Sol, pero acabas pillándole el truco para saber cuándo tienes que salir a comer o a comprar y cuando es mejor que sigas a lo tuyo para no perder el tiempo delante de la puerta de un local.

Sin embargo la sorpresa nos la hemos llevado hoy cuando a eso de las 20:15 apagan las luces del restaurante. Estabamos acabando las costillas, casi en la oscuridad, cuando el camarero amablemente nos ofrece la cuenta, la cual uno de mis compañeros pagó y pudo estampar la firma gracias a una linterna que llevaba el camarero.

Cinco minutos después, el camarero nos pide amablemente que abandonemos el restaurante, pero la puerta del mismo ya se encuentra cerrada, no pueden abrirla por peligro a que algún miembro de la Mutawwa lo vea. Así que nos acompaña hasta la cocina, la cual atravesamos sin dar crédito a lo que nos estaba pasando y salimos por la puerta de atrás del restaurante.

¿Alguien habló de respetar otras creencias, culturas y costumbres?

martes, 14 de julio de 2009

Be careful my friend

Cada vez que vuelvo a este país te cuentan alguna historia que te hace sentir como si estuvieras en constante riesgo de cagarla. Mucha gente me pregunta si éste es un país seguro, y la verdad es que nunca he tenido ningún problema ni he conocido a nadie que lo tuviera. Creo que en general los expatriados tememos más a la policía y al gobierno que a los propios delincuentes o terroristas.

Por ejemplo, yo ya sabía que llevar el pasaporte contigo es más que recomendable, pero no conocía hasta qué punto. De hecho, alguna vez había salido llevando simplemente una fotocopia por miedo a perderlo en la ciudad. Resulta que si la policía te para en un checkpoint y no llevas el pasaporte original puedes acabar en la cárcel, y la estancia puede llevar desde unas horas hasta incluso uno o dos días si tienes la mala suerte de que sea fin de semana.

Otro tema que ya he contado miles de veces es sobre el consumo e importación de alcohol, como sabréis totalmente prohibido en todo el país. Hoy mismo he leído que algunas embajadas advierten que puedes ser detenido en el aeropuerto si los oficiales huelen el alcohol en tu aliento, imagina que te tomas un par de copazos en el avión y cuando aterrizas te pasas unas horitas detenido.

¿Alguien conoce algún otro lugar del mundo para visitar o trabajar tan agradable como éste (sin contar aquellos países en guerra o con conflictos)?

lunes, 13 de julio de 2009

¿Saudi y Westvleteren?


El escudo de armas saudita es uno de los símbolos nacionales. Consta de dos espadas y una palmera y fue adoptado en 1950 como símbolo de la unificación del Reino llevada a cabo por el monarca Abdul-Aziz bin Saud.

Por otro lado, la abadía de Saint Sixtus en Westvleteren (Bélgica) es una de las 7 abadías trapistas que existen (6 en Bélgica y una en Holanda) y donde los monjes de esta orden elaboran unas deliciosas cervezas. La Westvleteren tiene la particularidad de que su producción es la más reducida de todas las abadías trapistas y su venta se encuentra limitada en la misma abadía previa reserva telefónica. Los monjes de esta abadía elaboran tres tipos de cerveza conocidas como Westvleteren rubia, 8 y 12. Esta última fue elegida en 2005 como la mejor cerveza del mundo.

¿Qué tiene que ver todo este rollo con Arabia Saudita? Pues ahora comparad el escudo de armas de arriba con el símbolo de la abadía:

¿Casualidad? ¿coincidencia? ¿no se parecen en nada y el calor está afectando a mi capacidad de raciocinio? teniendo en cuenta que la abadía de Saint Sixtius se fundó en 1831, supongo que no habrá mayores conexiones entre ambos escudos.

Por cierto, hace menos de dos semanas me encontraba en esta abadía degustando la trilogía de cervezas y ahora me encuentro en Riad, qué vueltas da la vida...

domingo, 14 de junio de 2009

Leyendas Urbanas (part.2)

Creo que ya he comentado alguna vez que los sauditas más pudientes suelen contraer matrimonio con más de una mujer. El Islam les obliga a tratarlas de forma totalmente equitativa, por lo que suelen comprar lujosos vestidos y joyas por duplicado, triplicado o multiplicado por el número de esposas pertinente (desconozco si hay un máximo legal o si el Corán dice algo respecto a este máximo). El sector inmobiliario también se beneficia de este requisito islámico, ya que lo más habitual es que cada esposa viva en una casa distinta y el saudita reparta equitativamente sus noches cada lecho marital. Tampoco hay límite en la edad de la contrayente, y se han dado numerosos casos que han levantado gran revuelo en la opinión pública en relación a matrimonios entre octogenarios y niñas de menos de 10 años.

La mayoría de los matrimonios son previamente concertados entre familias, lo que produce que al final en muchos casos el amor (y el sexo) sea totalmente inexistente entre los cónyuges. Como podréis imaginar, esto crea de nuevo una serie de necesidades e instintos que tanto una parte como la otra deben satisfacer...

El hombre tiene básicamente dos vías de escape para estos instintos: organizar fiestorras en otras viviendas o bien irse de fin de semana al Reino de Bahrein. En ambos casos, los instintos suelen ser satisfechos por una gran comunidad de chicas provenientes de Filipinas, China, Malasia e Indonesia.

La mujer saudita, ante la imposibilidad de viajar sola y de conducir su propio coche, tiene que conformarse con satisfacer estos instintos en su propia casa, mientras el marido acude a su centro de trabajo. En la mayoría de los casos es el chófer o algún otro sirviente el que se encarga de la tarea. Se comenta que existe también una gran comunidad de egipcios y libaneses en su mayoría que desarrollan una ocupación paralela como gigolós.

En general, los matrimonios pueden vivir así mientras todo quede en casa, supongo que cada uno querrá hacer como que no se entera de lo que hace el otro. La situación empeora dramáticamente cuando alguna de las infidelidades trasciende y es conocida públicamente, ya que la deshonra debe ser castigada severamente y el adulterio se castiga con latigazos o incluso ejecución pública.

El hecho de que muchos jóvenes sauditas no tengan contacto más que con mujeres de su familia tiene dos consecuencias. La primera es que al final se acaban acordando un gran número de matrimonios entre primos y la segunda es que dicen que el número de gays es increíblemente alto en comparación con otros países.

De nuevo, en respuesta a cada necesidad la sociedad ha sabido crear una comunidad que sepa cómo satisfacerla. En este caso se trata en su mayoría de filipinos, que digo yo que por algo se habrán creado esa fama de perder tanto aceite. El castigo por homosexualidad es latigazos o ejecución pública, aunque como dato curioso decir que el muerde-almohadas es castigado mucho más severamente que el sopla-nucas.

En definitiva, como dice un compañero, con la facilidad que tienen los jóvenes sauditas para acceder a internet, 50 canales de televisión por satélite y la cantidad de información que se maneja hoy en día sobre la vida más allá de estas fronteras, esta sociedad acabará reventando por un lado o por otro, antes o después.

Actualización 21 de Junio: Tres días después de publicar esta entrada apareció esta noticia en El Mundo (gracias a Crispal por el link).

Leyendas Urbanas (part.1)

Transcurren mis últimos días en el Reino (inshallah) y no puedo cerrar este blog sin contar algunas de las leyendas urbanas de la vida y costumbres sauditas, esas que no se publican en ningún sitio. Ningún pueblo es capaz de vivir con tantas restricciones y prohibiciones sin dar rienda suelta a sus instintos.

Empezando con el tema del alcohol, datos no oficiales cuentan que hasta un 85% de la población lo consume con más o menos regularidad. El mercado de contrabando es bastante lucrativo, ya que puede alcanzar hasta diez veces su valor. Aún más extendida está la práctica de la fabricación casera, no sólo de cerveza y vino, sino de los más fuertes licores que uno pueda imaginar.

Por si eso fuera poco, las malas lenguas cuentan que los sauditas suelen utilizar casas en los alrededores de las ciudades para organizar fiestorros de escándalo donde no sólo el alcohol, sino que también drogas y mujeres son "degustadas" con igual profusión. Resulta que la policía, aún sabiendo que estas fiestas tienen lugar, se ve impedida de intervenir al tratarse de recintos privados sin una autorización judicial, y los jueces no trabajan de tarde o de noche. Lo que sí sucede con frecuencia es que los fiesteros sean pillados en algún control en la calle o conduciendo borrachos, y al que le ocurre se puede preparar a una buena tanda de latigazos en lugar público.

sábado, 13 de junio de 2009

Madrileños por el mundo?

Estoy empezando a cansarme de que la gente me diga cosas como ésta: "Sí, el otro día vimos el país ese en el que estás en el programa de Madrileños por el Mundo".

Error: ni "Madrileños por el Mundo" de Telemadrid, ni "Españoles por el Mundo" de TVE ni los "Callejeros" de Cuatro han estado por aquí, ni creo que puedan grabar un programa en este Reino por las siguientes razones:
  1. No se puede entrar al país a menos que te invite una empresa, o bien, que los reporteros vengan en misión diplomática, lo cual veo bastante difícil
  2. No se puede grabar a la gente en lugares públicos, ni siquiera puedes hacer fotos sin pedir permiso si quieres evitar problemas

Así que no intentéis comparar este país con otros de la zona, esto no tiene nada que ver: aquí no hay tiendas en las que vendan alcohol o cerdo a extranjeros con licencia, aquí no hay playas donde las mujeres lleven bañador, aquí los hombres no pueden hablar con las mujeres que no sean de su familia, aquí no se puede hacer nada de lo que han mostrado otros reportajes por Dubai, Omán o Jordania.

domingo, 7 de junio de 2009

Back to Riyadh

Nunca digas nunca jamás, ya estoy de nuevo en Riad y lo peor es que nadie me puede asegurar si estas dos semanas serán las últimas. Este país está empezando a acabar con mi paciencia, y los que han trabajado conmigo saben que esa es una de mis mayores virtudes. No puedo dejar de relatar una vez más lo acontecido hoy a mi llegada en el King Khaled International Airport.

La imagen al bajar del avión era de lo más desoladora. El hall del control de inmigración estaba completamente abarrotado y la gente intentaba mantener un poco de orden en las filas. Como siempre me coloqué en una de las colas que estaban más a la derecha, que suelen ser las más rápidas. Eran las 20:30 de la tarde.

A las 23:30 aún quedaban seis personas delante de mí en la fila. De nuevo comprobé mi suerte al situarme en una de las más rápidas, porque la gente de mi izquierda llevaba un tiempo quejándose de que llevaban desde las siete de la tarde en su fila y la cosa no avanzaba. Acto seguido, un tipo que parecía de origen escandinavo empezó a perder los papeles, gritando lo siguiente a los policías: "¿Es qué no van a hacer nada con esta fila? Llevamos aquí cuatro horas", "¿Es que vamos a tener que esperar aquí toda la noche?", "Fuck you!" (esto último no hace falta que lo traduzca).

Rápidamente un par de policías se acercaron a él y le dijeron que les acompañara. Pude oír a uno de los polis decir al incauto escandinavo: "Has cometido un gran error". Le llevaron a las dependencias policiales y no volvimos a verle salir. Algunos comentaban en la fila que podrían deportarle directamente, otros que pasaría al menos una noche en la cárcel, nunca lo sabremos a ciencia cierta.

El motivo de toda esta animación aeroportuaria es que desde hace un par de meses las autoridades sauditas están digitalizando las huellas dactilares y la fotografía a la entrada al país. El proceso puede durar entre cuatro y cinco minutos por persona. En teoría si ya has pasado por este trámite no deberías esperar tanto, pero como las filas son un completo caos, al final toda la gente acaba mezclada en las distintas filas.

Moraleja: una vez más, nunca pierdas la paciencia en este país.

lunes, 4 de mayo de 2009

De vuelta

No hay nada más gratificante que tener que volver al Kingdom después de haber dicho por activa y por pasiva a tu empresa que estas cansado de este proyecto y de este país, y encima disfrutar de los siguientes placeres.

En primer lugar tenemos al árabe de turno en el avión con el que tienes que soportar esta conversación (traducida del inglés):
- Arabe: Salam, ese es mi sitio.
- Yo: ¿Seguro? (saco mi tarjeta de embarque y le muestro mi asiento)
- Arabe: sí, seguro, yo he pedido ventanilla así que ese es mi sitio
- Yo: verás, yo tengo el asiento 40K y como puede ver en este dibujo, la K es la letra al lado de la ventanilla.
- Arabe: No, yo he pedido ventanilla y ese es mi sitio.
- Yo: bueno, si quiere puede ir a preguntar a la azafata

Por supuesto, medio minuto después el árabe volvió, se sentó a mi lado sin abrir la boca y no volvió a dirigirme a mí en las seis horas de viaje restantes. Lo malo es que tuve que compensar mi regocijo con el hecho de tener que aguantar el olor que emanaba el individuo.

Intenté que el viaje se me hiciera más corto intentando echar un sueño, pero dio la casualidad de que el Sol se ponía por mi lado y detrás de mí había otro árabe levantando la persianilla cada dos minutos para controlar el momento en el que se tenía que poner a rezar, con tan mala fortuna que cada vez que subía la persianilla los rayos del Sol poniente me cegaban.

Así que más pena que gloria uno consigue llegar al aeropuerto de Riad y ¿qué es lo que te encuentras? pues la imagen habitual, una masa de cientos de personas haciendo cola en el control de pasaportes. Rápidamente uno aplica sus conocimientos en estos terrenos y me coloco en la cola que, a posteriori, comprobé que era la más ágil.

Sin embargo resulta que de un tiempo a esta parte han endurecido los controles y ahora toman fotos y huellas digitales más o menos aleatoriamente a la gente. Si a eso le añades que los guardias siguen siendo interrumpidos cada cinco minutos con algún colega que llega y viene a visitarles, con los pertinentes saludos y breves conversaciones, pues el resultado es que tuve que esperar una hora de reloj hasta que llegó mi turno.

Mi paciente conductor me esperaba a la salida de la terminal, así que tras un breve trayecto hacia el compound, consigo llegar de nuevo a mi casa, cenar una sopa de sobre y meterme en la cama. No podía acabar así el día ya que las temperaturas habían subido y ahora disfrutamos de unos agradables 28º C por la noche, así que tardé bastante en conciliar el sueño. Hoy he tenido que dormir con el aire acondicionado puesto, así que con un poco de suerte pillaré un resfriado y no me dejarán embarcar en el avión de vuelta acusándome de tener la gripe porcina.

Por lo demás, todo sigue igual en KSA, y el verano aún está por llegar.

lunes, 20 de abril de 2009

El árabe en 12 palabras

En estos cinco meses no he puesto mucho interés en aprender la lengua árabe, más que nada por el esfuerzo que supondría aprender una lengua tan distinta a la nuestra y la poca utilidad que le veo teniendo en cuenta que la mayoría de los sauditas se defienden bien con el inglés. Sin embargo, nunca viene mal aprender unas pocas palabras para soltarlas cuando menos se lo esperan y ganarte a la audiencia, eso les encanta. He aquí las pocas que he podido aprender y que voy a escribir tal y como se pronunciarían en castellano:
  1. 'salamalecum': el saludo obligatorio, literalmente "que la paz sea contigo"
  2. 'alecumsalam': la forma de responder al saludo
  3. 'succram'= gracias
  4. 'mafi'= no hay
  5. 'múscala'= problema
  6. 'cabbira': grande
  7. 'sagguira'= pequeño
  8. 'mafi múscala'= no problem
  9. 'múscala cabira' = gran problema
  10. 'múscala sagguira' = pequeño problema
  11. 'iala'= vamos, venga
  12. 'jamsa' = cinco (la explicación de por qué el cinco es el único número que he aprendido es fácil: mi mesa está al lado de un call center y todos los números móviles de Arabia empiezan por cinco)
  13. 'aiouá' = sí
  14. 'insaala': literalmente "si Alá quiere", palabra de uso obligatorio si te refieres a algo que tiene lugar en el futuro

Y por último, la palabra que más me gusta y que sirve para múltiples propósitos: "jalás". Esta palabra comodín quiere decir que algo ha terminado, por ejemplo:
  1. Que has terminado la reunión: "jalás"
  2. Que viene el camarero y has terminado tu plato de comida: "jalás"
  3. Que te están sirviendo arroz y no quieres más en tu plato: "jalás"
  4. Que estás discutiendo un asunto con alguien y llegáis a un acuerdo: "jalás"
  5. Que pagas la cuenta y dejas unos riales de propina: "jalás"
  6. ... paradójicamente, la lista de usos de "jalás" es interminable

Esto se acaba (o no)

Apenas me quedan tres días por estas tierras y uno empieza a hacer balance de todas las experiencias vividas. Sin embargo ayer mi empresa me pidió que continuara dos meses más así que tuve que rechazar tan "tentadora" oferta. Este miércoles haré las maletas pero de aquí a un tiempo puede que pase alguna de estas cosas:
  1. Que no insistan más, encuentre un maravilloso proyecto en algún país occidentalizado y todos vivamos felices y contentos
  2. Que sigan insistiendo y yo acabe cediendo y tenga que volver alguna corta temporada
  3. Que acabe engrosando las listas del Inem

domingo, 19 de abril de 2009

Kuwait

Todos aprendimos a situar Kuwait en el mapa en agosto de 1990 tras la invasión por parte de Iraq y la conocida "Guerra del Golfo". Hasta aquel momento este pequeño estado había pasado desapercibido en el siglo XX, en el que lo más destacable fue el protectorado británico, el descubrimiento del petróleo, su independencia en 1961 y la alianza con Iraq en su guerra contra Irán.

El pasado fin de semana conseguí organizarme un fugaz viaje de fin de semana y visitar capital: Kuwait City. El viaje desde Riad tan sólo lleva una hora de avión y además de las aerolíneas nacionales, Jazeera Airways también ofrece vuelos de bajo coste entre ambas capitales. El visado se puede obtener en el mismo aeropuerto, a unos 15 euros al cambio (sólo admiten moneda Kuwaití así que hay que cambiar en el mismo aeropuerto).

La ciudad es como tantas otras que he podido visitar en el Middle East: grandes avenidas, enormes centros comerciales, tráfico desmadrado y altos edificios de oficinas, muchos de ellos aún en construcción. Lo bueno de Kuwait es que, dentro de lo que cabe, parece un poco más ordenado y tiene el encanto de un enorme paseo marítimo (la "corniche") en el que se suceden parques, playas y restaurantes. Tengo que reconocer que no encontré ni rastro de la Guerra por allí, había leído que algunos edificios aún mostraban señales de lo que pasó hace menos de 20 años, pero supongo que de nuevo el dinero que brota del suelo ha facilitado una rápida reconstrucción del país.

Por desgracia no conseguí librarme de una de las inclemencias que me vienen acompañando en Riad desde hace tiempo: la arena del desierto. Esa especie de bruma de color marrón hizo que fuera imposible sacar una foto en condiciones.

La marca de identidad de la ciudad, y probablemente del país, son las Torres de Kuwait, una especie de esferas insertadas en un pincho y decoradas con cerámica de color azul. Una de las torres se puede visitar y alberga un restaurante, mientras que la otra se utiliza como depósito de agua.


Otro de los edificios singulares es la Torre de la Liberación, una enorme antena de telecomunicaciones (está entre las 5 mayores del mundo) que recibe ese nombre porque la Guerra del Golfo interrumpió la finalización de su construcción durante unos años.


Sin embargo, lo que más me ha gustado de Kuwait es el sentimiento de libertad a pesar de encontrarme en un país rodeado de lo mejorcito del Middle East (Iraq, Irán y Arabia Saudí) y de que el consumo e importación de alcohol también esté totalmente prohibido. Donde más se nota esta libertad es en cómo viste la población, sobre todo la gente joven. Da gusto volver a ver a grupos de amigos y amigas hablando entre ellos, vestidos con pantalones, camisetas intentando ir a la moda europea, ¡si hasta pude ver alguna falda ligeramente por encima de la rodilla!

Otro aspecto llamativo fue el de ver a parejas que iban dadas de la mano por la calle... inaudito, ¡como si fueran dos amigos árabes! Y ya lo más transgresivo que he visto por la zona: ¡una pareja dándose un casto beso en el paseo marítimo a la vista de todos!

En resumen, una buena forma de escapar un fin de semana de la capital saudita y de estampar en tu pasaporte un sello de lo más exclusivo.

martes, 14 de abril de 2009

¿Arabes unidos?

Hoy he leído una noticia que decía que los talibanes habían matado en Afganistán a una joven pareja que pretendía huir del país para casarse. Su delito: él era de origen chií y ella de origen sunita.

Para poner en antecedentes a todo el mundo tenéis dos opciones: leeros la Wikipedia o bien este pequeño resumen de interpretación libre.

Allá por el año 632 D.C., Mahoma (PBUH) muere y sus seguidores se ponen a pensar quién será su sucesor al frente del Islam. Alí, el primo a la vez que yerno del Profeta (PBUH) - ¿? no me preguntéis sobre las extrañas relaciones familiares en aquella época - se proclama califa, pero es derrotado unas décadas después por Muawiya, el gobernador de Siria. La cosa no acaba aquí sino que se sucede durante generaciones de luchas entre tribus y familias hasta que definitivamente el cisma toma forma y las dos ramas se separan definitivamente.

Los chiíes consideran seguidores y sucesores de Alí, de hecho el término Chía viene de la expresión shī'at 'Alī, partido, facción, o seguidor de Alí. Por contra, los sunitas consideran que la sucesión de Mahoma (PBUH) corresponde a un árabe miembro de la tribu de Quraish a la cual pertenecía el Profeta (PBUH).

Los suníes, que representan entre el ochenta y el noventa por ciento de todos los musulmanes, son mayoritarios en todos los países árebes y del Magreb con excepción de Irán, Iraq y Azerbaijan. En Omán la mayoría es para otro grupo denominado jariyí (o carají), que no estuvieron de acuerdo con los argumentos de ninguna de las dos ramas principales y se fueron por su cuenta.

Con el tiempo se formaron diversas escuelas dentro del sunismo, siendo éstas las principales:
  • Hanafi: es una de las ramas más tolerante y flexible. Admite la analogía como fuente del Derecho.
  • Maliki, también llamada "Escuela de Medina": bastante rigorista, que no obstante, acepta los hadices (hechos ocurridos en tiempos del Profeta e interpretados por el mismo).
  • Shafi'i: otra de las escuelas más abierta y menos rígida del islam suní
  • Hanbali: se considera la escuela más rigurosa del islam suní. Para ellos, el Corán y la Sunna son Ley. Esta escuela jurídica no los considera únicamente una fuente del derecho. Abogan por una interpretación y una aplicación literalista del islam. En Arabia Saudí es escuela jurídica oficial, tomando la forma más rigurosa del wahabismo.
Los suníes reciben su nombre debido a la importancia que dan a la Sunna, colección de dichos y hechos atribuidos a Mahoma y transmitidos en forma oral. O sea que no sólo se basan en el Corán sino también en la Sunna, lo cual permite adaptar el Corán a las exigencias de la época.

En resumen, que como dice un compañero de trabajo, gracias a que existe Israel que es lo único que mantiene a los árabes unidos, que si no fuera por eso no pararían de matarse los unos a los otros.

lunes, 13 de abril de 2009

Diving Jeddah

Para mi segunda experiencia de buceo en el Mar Rojo me puse en manos de la empresa Desert Sea Divers cuyo dueño, un tipo llamado Abubaker, es de lo más popular y conocido en la zona, además de poseer todo un imperio de tiendas y personal a sus órdenes.

Esta empresa monta excursiones en barco desde una pequeña urbanización llamada "Dive Village" a unos 20 km del centro de Jeddah en dirección noroeste. Había reservado una plaza para los dos días del fin de semana, así que tras recoger el equipo pertinente, salimos en uno de los 3 barcos con capacidad para casi 20 buceadores y con todo lo necesario para pasar un buen día en el mar. Éramos un grupo de unos 15 entre americanos, libaneses y algún que otro saudita, muy buen ambiente y todo el mundo con ganas de pasarlo bien. Aparte del capitán, nos acompañaban un Dive Master que cuidaría de nosotros bajo las aguas y otro ayudante.

Todo iba de maravilla hasta que topamos con la Guardia Costera, la cual tiene que dar autorización a cualquier barco que quiera salir del puerto, y que debe de ser una especie de Guardia Civil en versión marítima, lo digo por la mala leche, ya que aquel primer día no dejaron a ningún barco salir a causa del viento (una brisita de nada).

Así que tuvimos que volver a tierra firme y gracias a Mr. Abubaker, nos metimos en la playa privada de un hotel donde tenía otra tienda y aquel día pudimos bucear desde la playa, la cual era una pasada, con una pared vertical de coral que llegaba hasta 40 metros de profundidad, pero tan sólo nadando desde arriba podías ver perfectamente, la transparencia era increíble.

Allí conocí a Allan, el que sería mi "buddy" o compañero de buceo ese fin de semana (recordad la primera regla del buceo: nunca, nunca, nunca bucees solo). Este tipo era un experimentado americano de más de 50 años que se había recorrido los mares de medio mundo y que, como tantos otros, intentaba pasar sus fines de semana en Arabia de la mejor manera posible. Lo mejor de todo es que llevaba una cámara de fotos con carcasa submarina, gracias a la cual he conseguido mis primeras fotos subacuáticas :-)


Nota: ésta es la primera y supongo que única foto que vereis de mí en este blog, espero poder seguir manteniendo mi anonimato por mucho tiempo.

El segundo día amaneció con una calma absoluta en cuanto al viento y ni una nube en el cielo, así que volvimos a probar suerte. Esta vez éramos unos 10 en el el grupo, mismo barco y misma tripulación. Entre ellos había unos cuantos americanos, tres azafatos y una azafata de Lufthansa, una pareja de saudíes que no buceaban y que simplemente se apuntaron para pasar el día en el barco y mi compañero Allan.

La zona costera de Jeddah está repleta de formaciones de coral donde además, unos cuantos barcos han quedado hundidos y son destinos muy populares para bucear. Aquel día sin embarco fuimos a otros tres sitios donde las formaciones de coral eran espectaculares, pudimos ver columnas de metros de altura y nadar alrededor de ellas como si estuviéramos metidos en un bosque.

Os dejo unas pocas fotos, espero que Allan pueda enviarme algunas más espectaculares.


Vista del arrecife de coral desde el barco

Uno de los tantos peces de colores junto al coral

Una raya con increíbles puntos de azul brillante escondida entre el coral

domingo, 29 de marzo de 2009

Jeddah

Jeddah es la segunda ciudad de Arabia con una población de 3.4 millones de habitantes y una importante actividad comercial. Esta ciudad es el principal puerto de entrada por mar hacia la cercana Meca en época de peregrinación. El pasado fin de semana decidí tomarme un respiro de la capital y visitar esta ciudad, con el principal objetivo de bucear por las aguas del Mar Rojo.

La ciudad en sí misma es tan caótica como Riad, con atascos a cualquier hora del día y por qué no decirlo: fea. Los barrios y edificios se suceden durante kilómetros y lo único llamativo son las esculturas que han construido en las rotondas. Los grandes hoteles que bordean la costa constituyen el punto de encuentro para la comunidad de expatriados occidentales, donde los precios de alojamiento y restauración están al nivel de cualquier ciudad europea o incluso por encima.

Para moverme por la zona alquilé un coche y me encontré con una situación que me resultó familiar. Había reservado un vehículo con transmisión manual pero cuando fui al mostrador del aeropuerto a recogerlo el empleado indio me asignó un coche de transmisión automática, que es lo más habitual por el Middle East. Decidí tomarme en serio los designios de Alá o de su Profeta (PBUH), así que no intenté realizar ningún cambio por lo que pudiera pasar.

La experiencia de conducir por la ciudad fue inolvidable, de nuevo me encontré con carriles que aparte de estar pintados en el asfalto no sirven para otra cosa, cruces imposibles y vehículos haciendo pirulas inimaginables, por ejemplo, aquí es de lo más habitual que si tienes que girar en un semáforo te sitúes en el carril que veas libre, da igual que la calle sea de tres o cuatro carriles, siempre puedes cruzarlos de un lado a otro cuando el semáforo se ponga en verde.

Otra de las experiencias fue la de tener que frenar delante de un saudita que cruzaba tranquilamente una calle de varios carriles levantando la mano para parar el tráfico. Me imagino lo que pasaría por su cabeza... "¡Atropéllame si tienes lo que hay que tener, extranjero de pacotilla!"

Jeddah es un habitual destino de vacaciones para los sauditas. Sin embargo, si alguien tiene la intención de pasar aquí unos tranquilos días de playa y Sol, entonces sólo tiene una opción: alojarse en alguno de los hoteles de cinco estrellas con playa privada. A continuación un par de fotos de dos playas de Jeddah, una es de una playa pública en el centro de la ciudad y otra es de una playa privada de un hotel. Encuentra las siete diferencias.


lunes, 23 de marzo de 2009

Cómo liarse la ghutra a la cabeza

La vestimenta típica saudita se compone del 'thob' o túnica blanca que cubre hasta los tobillos, la 'ghutra', que es el pañuelo de pequeños cuadrados rojos con el que uno se cubre la cabeza y el 'agal', que es una especie de anillo doble negro que se utiliza para sujetar la 'ghutra'. Llevar la cabellera al aire es para un árabe como ir desnudo por la calle, así que es imprescindible llevarla tapada en todo momento. En otros países utilizan gorros o pañuelos de otros estilos y colores, pero aquí lo que más se lleva es la mencionada 'ghutra'. Además tiene sus ventajas como protegerse del Sol y de las tormentas de arena.

Al igual que con los nudos de corbata, uno puede llevar la 'ghutra' con diferentes estilos, voy a comentar los tres más comunes. He utilizado algunos conocidos modelos en las fotos, siento que mis conocimientos de retoque fotográfico no den para más.

El primer lugar está el sencillo, que consiste en doblar la 'ghutra' por la mitad ponértelo en la cabeza y llevarlo al estilo libre, con amplia caída a lo largo de la espalda:















Para los sauditas un poco más sofisticados, el pañuelo se puede recoger un poco de forma que no cubra los hombros y ayude a estilizar la figura. Éste es el modelo más recomendado para los sauditas de baja estatura:



Por último, está el más sofisticado e ideal para los que quieran dar a su vestimenta un aire de distinción. Es como el conocido nudo Windsor de las corbatas aplicado al mundo árabe:


viernes, 13 de marzo de 2009

El bar de Moe

Hacía tiempo que no pasaba un fin de semana en Riad, así que he aprovechado para descansar, tomar el Sol en la piscina y volver a probar lo de conducir en quad por las dunas, no ha estado mal.

Después de una dura semana de trabajo el miércoles por la noche (equivalente al viernes por la noche en nuestras culturas occidentales), después de cenar en un restaurante libanés, nos dirigimos al apartamento de uno de los profesores del colegio del compound, llamémosle Moe para mantener su anonimato.

El apartamento de Moe es bastante pequeño: un salón, un dormitorio, un cuarto de baño y una habitación de no más de 20 metros cuadrados en la que hay montada una barra de bar. Sí, además de dar clases en una prestigiosa institución académica de Riad, Moe dedica sus ratos libres a la fermentación de cerveza y a la destilación de otros tipos de alcoholes. La industria que tiene montada en la cocina es espectacular: bidones de 20 y 50 litros donde la cerveza fermenta durante un par de semanas, y decenas y decenas de botellas de zumo de un litro de capacidad donde la cerveza finaliza su fermentación durante una semana más.

El proceso es bastante rápido y sencillo: añades azúcar y levadura en cerveza sin alcohol (que venden en cualquier supermercado) y pasadas las dos o tres semanas ya tienes cerveza más o menos normal. El truco está en mezclar correctamente las cantidades y si bien no ha sido la mejor cerveza que he probado, desde luego no ha estado nada mal teniendo en cuenta las circunstancias.

martes, 10 de marzo de 2009

Tormenta de arena en Riad

Después de unos fugaces días en Madrid, ya estoy de vuelta por tierras sauditas. Y no he podido tener mejor recibimiento que la primera gran tormenta de arena del 2009. La tormenta ha llegado sin avisar, esta mañana teníamos un día soleado cuando de repente alguien ha avisado en la oficina de lo que se nos venía encima:


Y veinte minutos después, la nube de polvo cubrió toda la ciudad como si fuera una densa niebla de color anaranjado:


Los sauditas, más acostumbrados a esto, no le dieron mayor importancia. Sin embargo muchos de los expatriados, sobre todo indios y pakis, se pusieron una máscara de las que llevan los médicos, así que al salir a la calle parecía que me había metido en un universo paralelo en el que cientos de doctores andaban a mi alrededor.

Las fotos están bien, pero para que viváis la tormenta en todo su esplendor, no os perdáis este vídeo.


lunes, 23 de febrero de 2009

Turista accidental en Arabia

Hay gente que en lugar de unas relajantes vacaciones prefiere hacer turismo de aventura: trekking, descenso de barrancos, rafting, safaris, etc. En esta ocasión, como vacaciones de aventura yo elegí irme unos días en solitario por tierras sauditas y éste es el relato de lo acontecido, necesitarás un buen rato libre para leerlo completo.

DIA 1: Riad - Yanbu
Mi primera etapa me llevaría hasta Yanbu, una localidad en la costa del Mar Rojo, en un vuelo de 1h25' con la línea aérea nacional: Saudi Airlines. Era la primera vez que visitaba la terminal doméstica del aeropuerto de Riad pero no me encontré con nada que no hubiera visto antes salvo más aglomeración de gente, así que tras aplicar las básicas reglas de hacer cola en Arabia (evitar filas repletas de indios y paquis) conseguí mi tarjeta de embarque impresa en una hoja de papel, no sin antes volver a confirmar que el saudita de bien nunca transporta sus maletas por sí mismo aunque disponga de cómodas ruedas, sino que existe una legión de pakis que se encarga de llevar las maletas desde el coche hasta el mismo mostrador de check-in.

La mayor parte del pasaje del avión eran sauditas, así que durante el aterrizaje en Yanbu observé el típico espectáculo: mensajes de móvil cuando el avión aún está descendiendo, llamadas cuando aún se encuentra en pista y algunos hasta se levantaron, recogieron sus bolsos de mano y se fueron hacia la puerta con sus niños cuando aún no habíamos parado en la terminal. Ninguna azafata china o filipina iba a conseguir que un saudita cumpliera las normas de aviación internacional.

El trayecto al hotel fue rápido, así que antes de irme a dormir recogí el coche de alquiler que había reservado allí, un Chevrolet Optra de 106cv con transmisión manual. El tipo que me atendió me preguntó si quería el coche con transmisión automática, ¿es que no había leído los datos de mi reserva? Alá me estaba enviando un mensaje a través de aquel empleado indio de la empresa de alquiler, mensaje que yo no supe interpretar.

DIA 2: Yanbu - Al Ula
Pocos días antes de mi viaje había contactado con una tienda local para intentar contratar una excursión de buceo en el Mar Rojo. El de la tienda me comentó que a las 07:30 del jueves un bote saldría de un puerto cercano con otros buceadores a bordo y que todo el equipo necesario estaría allí esperándome. Sorprendentemente, todo ocurrió tal y como me había prometido así que poco después me encontraba en el barco con el capitán, un amigo suyo y un ingeniero químico de Malasia que sería mi ´buddy´o compañero de buceo aquella mañana. El capitán nos llevó a una zona donde el fondo marino se encontraba a unos 20 metros de profundidad y en el que se había formado un arrecife de coral que llegaba hasta la superficie. Describir con palabras esa experiencia de buceo es difícil, tan sólo puedo comentar que la transparencia de las aguas del Mar Rojo hacía que pudieses ver a más de 20 metros de distancia y que el malasio y yo disfrutamos como unos niños pequeños observando los corales y los cientos de peces de variados colores, tamaños y formas que nos rodeaban.

Tras regresar a puerto con el buen sabor de boca, rápidamente emprendí el recorrido que me llevaría hasta Al Ula, localidad en el interior de la región de Tabuk y donde había reservado una noche de hotel para visitar las ruinas de Mada'in Saleh al día siguiente. Según el mapa, una carretera conectaba ambas localidades, pero no todo fue tan fácil como pensaba por dos motivos: la mitad de los carteles estaban escritos en árabe y en cuanto a la otra mitad, resulta que los carteles en Arabia casi nunca indican la localidad de destino, sino que sólo te ponen el pueblo siguiente que encontrarás en la carretera. Paré en una gasolinera para respostar dos eurillos (que dio para 16 litros de gasolina) y pregunté al personal local. Nadie hablaba inglés y todos me miraron extrañados. Tras dos horas más de conducción llegué a un pueblo donde la carretera se acababa, de nuevo no encontré a nadie que hablara una palabra de inglés. Volviendo sobre mis pasos, encontré una señal que llevaba a una localidad de la costa, así que fue el momento de decidir: seguir el camino de la costa (casi el doble de kilómetros) o continuar buscando el camino interior a la desesperada. Elegí la primera opción, así que poco a poco los kilómetros fueron cayendo y el cielo oscureció completamente cuando aún me quedaba un centenar de kilómetros.

Por si eso no fuera poco, cuando ya casi estaba apunto de alcanzar el pueblo de Al Ula, la palanca de cambio de mi Chevrolet decidió salirse de la caja. Si se hubiera quedado en primera, segunda o tercera, habría sido imposible circular por la carretera, si se hubiera quedado en quinta, hubiera sido imposible acelerar. La caja de cambios se quedó anclada en la cuarta marcha, y aquello fue el principio de una larga amistad entre el pedal del embrague y mi pierna izquierda. Podría haber llamado a la empresa de alquiler y haber esperado un día o más a que vinieran a rescatarme rompiendo todos mis planes de viaje, pero tomé aquella casualidad sobre la cuarta marcha como una señal de Alá para que continuase mi camino. Aquella contingencia supuso unas cuantas nuevas reglas en mi viaje:
  1. tener cuidado de no aparcar en bateria (ir marcha atrás consistía en sacar medio cuerpo fuera del coche, pisar el embrague con la pierna derecha, el asfalto con la pierna izquierda y hacer fuerza)
  2. la aceleración en los semáforos se convirtió en bastante ridícula
  3. rezar por no quedarme parado cuesta arriba
  4. no pasar de 100 km/h en carretera y aguantar 4000 rpm a esa velocidad
  5. un incremento en el consumo de combustible, aunque teniendo en cuenta que con 5 euros llenaba el depósito, tampoco suponía mayor problema
Finalmente conseguí llegar al ansiado hotel preguntándome qué más cosas podrían sucederme y si habría sido una buena idea el hacer este viaje.

DIA 3: Mada'in Saleh - Al Wajh
Hace tiempo ya conté la historia de los Nabateos y de las ruinas de Mada'in Saleh y el porqué de mi interés por visitar este yacimiento arqueológico. La forma más fácil de visitarlo es contactar con uno de los dos hoteles de Al Ula: el Arac Hotel Al-Ula o el Mada'in Saleh Hotel. Ambos organizan visitas guiadas pero únicamente para grupos y aquel día no había ningún grupo disponible al que poder unirme. Para visitar Mada'in Saleh es necesario solicitar un permiso a las autoridades locales con al menos dos semanas de antelación. Este permiso se puede solicitar en el Museo Histórico Nacional de Riad o bien a través de los anteriores hoteles.

Con el permiso amablemente gestionado por el hotel Arac, me dirigí a la entrada al yacimiento, que se encuentra a 22 kilómetros de Al-Ula. El vigilante de la entrada no hablaba inglés (para variar) y tras varios intentos de hacernos entender y de mostrarle todos los papeles de los que disponía me dejó pasar. El recorrido consiste en una carretera no asfaltada que te lleva por todos los puntos de interés, bastante diferente a Petra en el que debes ir preparado para andar durante todo el día. No puedo decir que sea más o menos espectacular porque es muy distinto, aunque he aquí unas pocas fotos para el que quiera comparar. Yo quedé bastante satisfecho de haber llegado hasta allí a pesar de las dificultades del camino.





A medio día emprendí camino de nuevo hacia la costa del Mar Rojo. Mi plan para los siguientes dos días era descansar disfrutando del Sol y de las playas sauditas. El tener la velocidad del vehículo limitada me permitió fijarme en el espectacular paisaje de montañas rocosas y desierto, además de los destartalados pueblos que aparecían en la carretera de vez en cuando. La conducción por aquellas carreteras me resultó mucho más fácil de lo que me esperaba ya que no me encontré a tanto saudita suicida como por las calles de Riad. Quitando la conducción bajos los efectos del alcohol como causa de accidente (aunque haberlos, haylos y si te pillan en ese caso y no has fallecido en el accidente ya puedes prepararte a pasar el resto de tus días en la cárcel), las dos causas principales de accidentes de tráfico en Arabia son la ya mencionada tendencia al suicidio de algunos jóvenes sin otro objetivo en la vida y el cruce de camellos en la carretera, por lo que nunca debes distraer tu mirada de la carretera.











Sin mayores contratiempos llegué al pueblo costero de Al Wajh, contento de mis habilidades de conducción en cuarta.

DIA 4: Al Wajh, Umluj, Yanbu
Algo en mi visita a Mada'in Saleh tuvo que enfurecer a Alá porque ya desde el día anterior me envió nubes y fuertes vientos, que hicieron imposible pasar un agradable día en la playa. Además el Al Wajh Beach Hotel era mucho más cutre de lo que me esperaba y por si eso fuera poco, en muchos de los pueblos costeros de Arabia la playa es sinónimo de escombrero, así que no dudé en cancelar la segunda noche que esperaba quedarme en Al Wajh y volverme a Yanbu.

A mitad de camino paré en otro pueblo costero, Umluj, que también contaba con una zona de playa bastante amplia, aunque algo descuidada.

Mi aventura con el Chevrolet no pudo terminar sin antes conducir bajo una tormenta de arena, que básicamente es lo mismo que conducir con niebla. Para mi sorpresa, el saudita común se muestra bastante respetuoso al volante ante esta inclemencia y reduce la velocidad considerablemente, aspecto que aún no hemos aprendido en España cuando cae la niebla.


DIA 5: Yanbu - Riad
En Yanbu me alojé en el Radisson SAS, no hay nada como una cadena internacional para asegurar una buena calidad en las habitaciones y los servicios del hotel. El único inconveniente que encontré es el recurrente tema de la maldita segregación sexual, según el cual la piscina y gimnasio estaban reservados para mujeres por la mañanas y para hombres por la tardes.

La localidad de Yanbu constituye la segunda ciudad de industrial de todo el país, con una inmensa planta petro química visible a kilómetros de distancia. Una enorme urbanización de casas unifamiliares ha sido construida a su alrededor al estilo de vida americano, donde se alojan los cientos de expatriados que trabajan en la central. Esta zona se conoce con el nombre de Royal Commision y cuenta con una zona de playa que, lástima, ¡es de uso exclusivo para familias!

El concepto de ir a la playa para una familia saudita es el mismo que el de pasar un día de campo para nosotros, salvo que la mujer no se quita la abaya ni el hombre su thob blanco. Nadie se baña en el agua y la familia se limita a jugar, charlar, comer y sembrar la playa de desperdicios. Aunque la entrada al recinto no hubiera estado restringida "no familias", no creo que me hubiera atrevido a mostrar mis pectorales, tomar el Sol y bañarme en las cálidas aguas del Mar Rojo. Sin embargo, delante del hotel encontré una zona de costa con poca arena pero donde al menos sí pude cumplir mi objetivo de tomar el Sol y dedicar unas horas a la lectura, tras lo cual procedí al check-out en el hotel y di por teminadas mis mini vacaciones sauditas.

El vuelo de vuelta me permitió hacer algunas reflexiones sobre las aventuras vividas. El KSA tiene un potencial enorme para el turismo, kilómetros de costa, Sol todo el año, yacimientos arqueológicos impresionantes y muchos atractivos de interés cultural - sin mencionar las ciudades de Meca y Medina, totalmente prohibidas para no musulmantes. Bajo cualquier otra cultura y bajo cualquier otro gobierno (con menos restricciones y más abierto al mundo) la costa del Mar Rojo ya se hubiera poblado de cientos de resorts de lujo al borde de aguas azul turquesa. Mucho tienen que cambiar las cosas para que llegue ese día, que estoy seguro que llegará cuando el dinero deje de brotar del suelo.

Hoy por hoy se puede decir que KSA es un país hostil para el turista occidental más allá del confort de algunos hoteles y resorts que las cadenas internacionales han construido en las principales ciudades (Riad, Jeddah, Damman, Hofuf).

Aún así me quedo con un buen sabor de boca de este viaje sobre todo por haber tenido la oportunidad de bucear en el que para muchos es el mejor sitio de buceo del mundo y por haber podido visitar Mada'in Saleh, patrimonio de la Unesco desde 2008.

lunes, 16 de febrero de 2009

Passport Control

En 1930, el Rey Abdul Aziz bin Saud, fundador del KSA tal y como lo conocemos hoy en día pronunció estas palabras:

"Mi Reino sobrevivirá sólo en la medida en que permanezca como un país de difícil acceso, donde el extranjero no tendrá otro objetivo que cumplir su tarea y salir del país".

Ahí queda eso, se puede decir más alto pero no más claro. Han pasado casi 80 años desde entonces y las cosas poco a poco van cambiando. Arabia es un país que funciona gracias a la mano de obra extranjera, pero aún así entrar al país no sólo requiere semanas y dosis de paciencia para conseguir un Visado, sino también vivir la aventura de pasar el control de pasaportes en el aeropuerto.

El principal aeropuerto de Riad es el King Khaled International Airport. Cada vez que aterrizo me preparo para la aventura de pasar el control de pasaportes. Esta tarea puede llevar dos minutos o más de media hora, dependiendo de la suerte y de lo hábil que te muestres a la hora de moverte por las colas de los puestos de la policía. A continuación, una serie de recomendaciones para futuros viajeros.

Habitualmente encontrarás tres tipos de filas:
  1. la fila express para poseedores de pasaportes de los países del Golfo
  2. las filas para occidentales y otros hombres de bien
  3. las filas para indios, pakis y otros trabajadores de Bangladesh, Sri Lanka, etc.

Evita a toda costa situarte en las colas en las que predominan indios y pakis por dos motivos: el policía tarda mucho más tiempo en estampar el sello y las filas, aunque puedan parecer de la misma longitud, en realidad están formadas por el doble de personas ya que los indios y pakis no dejan ningún espacio entre ellos, es decir que el pecho de uno toca la espalda del de delante y la fila se transforma en un 'trenecito' capaz de revolverle las tripas a cualquiera.

En segundo lugar, procura situarte cerca de la fila express, ya que en cuanto los árabes terminan de pasar seguramente el policía deje a los de la fila de al lado utilizar ese puesto. Valora también el ponerte en alguna fila en la que haya familias o mujeres y niños ya que los policías suelen sacarles de la fila y colarles directamente en algún puesto de control libre.

Y sobre todo, lo más importante: una vez elegida tu fila inicial mantente alerta, no bajes la guardia, valora continuamente cada una de las otras filas y no pierdas de vista al poli que estampa sellos en tu fila, en cualquier momento se puede levantar para irse a rezar o a tomar un te y nadie le sustituirá durante veinte minutos. No dudes en cambiar de fila rápidamente si las condiciones lo aconsejan. No temas a las leyes de Murphy.

Finalmente consigues llegar al puesto de control y entonces tienes que entregar tu pasaporte con el visado y una cartulina que has tenido que rellenar en el avión (si estabas dormido y no has rellenado la cartulina en el avión siempre puedes coger una y rellenarla en el mismo aeropuerto). En esta cartulina básicamente tienes que repetir los mismos datos que figuran en tu visado: datos personales, religión y empresa que te invita a visitar el país. La casilla de la Religión yo la relleno con una cosa u otra dependiendo de lo católico que me encuentre ese día. En todas las ocasiones que he pasado por el control de pasaportes, el policía de turno nunca ha mirado la cartulina y se limita a comprobar el visado y ponerte el sello, pero hay una cosa que impresiona en la cartulina. En letras rojas y bien a la vista aparece el siguiente mensaje: "MUERTE por Tráfico de Drogas".

domingo, 15 de febrero de 2009

Omán

El Sultanato de Omán es el estado que se encuentra en el extremo este de la península arábica, limitando con Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Yemen. Como tantos otros estados de la zona, su historia se resume en siglos de luchas entre poderosas familias, conquistas y reconquistas. En 1891 el Sultanato se convirtió en protectorado británico, ganando su independencia en 1951. Finalmente, en 1970 Qaboos bin Said derroca a su padre y establece el Sultanato de Omán.

El viaje desde Riad hasta Muscat (Mascate en castellano, pero me suena tan raro que no utilizaré este nombre) lleva dos horas y quince minutos. La compañía Oman Air ofrece vuelos los Martes y Sábados de cada semana. En el mismo aeropuerto se puede adquirir el visado por el módico precio de quince euros, aunque yo lo saqué por unos doce euros al cambio pagando con divisa saudita, es decir, que aplican el cambio que les da la gana.

La capital del país es una pequeña ciudad de barrios desperdigados por toda la costa. Su centro administrativo se encuentra en una bonita zona muy cuidada, llena de jardines y rodeada de dos fortalezas.











A poca distancia del centro administrativo se encuentra el principal núcleo de la ciudad, Matra, que cuenta con un importante puerto y que es visitado por numerosos turistas para recorrer las callejuelas de su mercadillo tradicional (el 'souk').

A las afueras de la ciudad se encuentra la reciente Gran Mezquita del Sultán Qaboos, una visita obligada para contemplar la grandiosidad del edificio, que se puede visitar la mayoría de los días. Eso sí, conviene recordar que las mujeres deben llevar pañuelo atado a la cabeza y que tanto hombres como mujeres no pueden llevar pantalones cortos ni hombros al aire.

Tras este breve resumen vale decir que basta un solo día para visitar los principales atractivos de la capital omanita. Lo más interesante del país se encuentra a cientos de kilómetros en el desierto o bien a lo largo de los kilómetros de costa que rodean el país.

Empezando por el desierto, el fin de semana aprovechamos para hacer una escapada al campamento de Wahiba Sands, que a unos 300 km de la capital te ofrece la posibilidad de pasar una noche en una choza en el desierto, rodeado de dunas de fina arena y disfrutando del silencio, del cielo estrellado y una cena + música + shisha en la jaima. Conviene aprovechar la oportunidad para alquilar los servicios de un conductor profesional que durante 30 minutos te puede dar una vuelta a toda velocidad por las dunas del desierto en un destartalado 4x4, con subidas y bajadas por las dunas que te harán que intentes agarrarte al asiento como mejor puedas.

Otra de las visitas obligadas en Omán es adentrarse en uno de los numerosos Wadis, que es como se conoce a los barrancos escavados en la roca por ríos que se encuentran secos en la mayor parte del año y que arrastran grandes riadas en las pocas ocasiones en las que la lluvia hace acto de presencia. Algunos de estos Wadis cuentan con agua más frecuentemente y una especie de oasis puede ser visitardo en cualquier época del año.


Además de todos los paisajes que contemplamos, lo mejor de mi viaje a Omán fue el curso de submarinismo que realicé junto con mis amigos, la verdad es que he descubierto una actividad de lo más apasionante. Da la casualidad que nuestro profesor era un saudita que a los 20 años emigró a Omán para poder vivir con más libertad y prosperidad. Como ya nos habíamos empollado toda la teoría, el curso se organizó en tres días con las siguientes prácticas:
primer día en piscina, aprendiendo a manejar y comprobar el equipo, a moverte por el agua y a realizar maniobras básicas
segundo día en la playa, bajando hasta los doce metros de profundidad
el tercer día nos llevaron en un bote a un islote donde bajamos hasta los quince metros de profundidad

Durante los dos días que estuvimos en el mar, además de seguir practicando ejercicios como limpiarte las gafas, quitarte y ponerte tu chaleco o tus pesos, simular que te quedas sin aire en la botella y respirar con la botella de tu compañero o practicar la subida a superficie, también tuvimos la oportunidad de observar la flora y fauna local, entre las que destacan:
  1. los innumerables erizos de mar que hicieron que tuviésemos que mirar el suelo con mil ojos antes de aposentarnos en el fondo marino
  2. cientos de peces de distintos colores, tamaños y formas
  3. unas cuantas morenas que nos miraban con cara de miedo mientras enseñaban sus afilados dientes
  4. una raya camuflada en el fondo del mar que salió pitando al notar nuestra presencia
  5. un banco de pequeñas barracudas
Una pena que el profesor olvidara llevarse la cámara subacuática el último día. Desde luego, tendré que continuar con mi formación como submarinista y tal y como el profe me recomendó, no puedo dejar pasar la oportunidad para bucear en el Mar Rojo, que es para muchos el mejor lugar del mundo para la práctica de esta actividad.