El viaje desde Riad hasta Muscat (Mascate en castellano, pero me suena tan raro que no utilizaré este nombre) lleva dos horas y quince minutos. La compañía Oman Air ofrece vuelos los Martes y Sábados de cada semana. En el mismo aeropuerto se puede adquirir el visado por el módico precio de quince euros, aunque yo lo saqué por unos doce euros al cambio pagando con divisa saudita, es decir, que aplican el cambio que les da la gana.
La capital del país es una pequeña ciudad de barrios desperdigados por toda la costa. Su centro administrativo se encuentra en una bonita zona muy cuidada, llena de jardines y rodeada de dos fortalezas.
A poca distancia del centro administrativo se encuentra el principal núcleo de la ciudad, Matra,
A las afueras de la ciudad se encuentra la reciente Gran Mezquita del Sultán Qaboos, una visita obligada para contemplar la
Tras este breve resumen vale decir que basta un solo día para visitar los principales atractivos de la capital omanita. Lo más interesante del país se encuentra a cientos de kilómetros en el desierto o bien a lo largo de los kilómetros de costa que rodean el país.
Empezando por el desierto, el fin de semana aprovechamos para hacer una escapada al
Otra de las visitas obligadas en Omán es adentrarse en uno de los numerosos Wadis, que es como se conoce a los barrancos escavados en la roca por ríos que se encuentran secos en la mayor parte del año y que arrastran grandes riadas en las pocas ocasiones en las que la lluvia hace acto de presencia. Algunos de estos Wadis cuentan con agua más frecuentemente y una especie de oasis puede ser visitardo en cualquier época del año.
Además de todos los paisajes que contemplamos, lo mejor de mi viaje a Omán fue el curso de submarinismo que realicé junto con mis amigos, la verdad es que he descubierto una actividad de lo más apasionante. Da la casualidad que nuestro profesor era un saudita que a los 20 años emigró a Omán para poder vivir con más libertad y prosperidad. Como ya nos habíamos empollado toda la teoría, el curso se organizó en tres días con las siguientes prácticas:
primer día en piscina, aprendiendo a manejar y comprobar el equipo, a moverte por el agua y a realizar maniobras básicas
segundo día en la playa, bajando hasta los doce metros de profundidad
el tercer día nos llevaron en un bote a un islote donde bajamos hasta los quince metros de profundidad
Durante los dos días que estuvimos en el mar, además de seguir practicando ejercicios como limpiarte las gafas, quitarte y ponerte tu chaleco o tus pesos, simular que te quedas sin aire en la botella y respirar con la botella de tu compañero o practicar la subida a superficie, también tuvimos la oportunidad de observar la flora y fauna local, entre las que destacan:
- los innumerables erizos de mar que hicieron que tuviésemos que mirar el suelo con mil ojos antes de aposentarnos en el fondo marino
- cientos de peces de distintos colores, tamaños y formas
- unas cuantas morenas que nos miraban con cara de miedo mientras enseñaban sus afilados dientes
- una raya camuflada en el fondo del mar que salió pitando al notar nuestra presencia
- un banco de pequeñas barracudas
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