DIA 1: Riad - Yanbu
Mi primera etapa me llevaría hasta Yanbu, una localidad en la costa del Mar

La mayor parte del pasaje del avión eran sauditas, así que durante el aterrizaje en Yanbu observé el típico espectáculo: mensajes de móvil cuando el avión aún está descendiendo, llamadas cuando aún se encuentra en pista y algunos hasta se levantaron, recogieron sus bolsos de mano y se fueron hacia la puerta con sus niños cuando aún no habíamos parado en la terminal. Ninguna azafata china o filipina iba a conseguir que un saudita cumpliera las normas de aviación internacional.
El trayecto al hotel fue rápido, así que antes de irme a dormir recogí el coche de alquiler que había reservado allí, un Chevrolet Optra de 106cv con transmisión manual. El tipo que me atendió me preguntó si quería el coche con transmisión automática, ¿es que no había leído los datos de mi reserva? Alá me estaba enviando un mensaje a través de aquel empleado indio de la empresa de alquiler, mensaje que yo no supe interpretar.
DIA 2: Yanbu - Al Ula
Pocos días antes de mi viaje había contactado con una tienda local para intentar contratar una excu
Tras regresar a puerto con el buen sabor de boca, rápidamente emprendí el recorrido que me llevaría hasta Al Ula, localidad en el interior de la región de Tabuk y donde había reservado una noche de hotel para visitar las ruinas de Mada'in Saleh al día siguiente. Según el mapa, una carretera conectaba ambas localidades, pero no todo fue tan fácil como pensaba por dos motivos: la mitad de los carteles estaban escritos en árabe y en cuanto a la otra mitad, resulta que los carteles en Arabia casi nunca indican la localidad de destino, sino que sólo te ponen el pueblo siguiente que encontrarás en la carretera. Paré en una gasolinera para respostar dos eurillos (que dio para 16 litros de gasolina) y pregunté al personal local. Nadie hablaba inglés y todos me miraron extrañados. Tras dos horas más de conducción llegué a un pueblo donde la carretera se acababa, de nuevo no encontré a nadie que hablara una palabra de inglés. Volviendo sobre mis pasos, encontré una señal que llevaba a una localidad de la costa, así que fue el momento de decidir: seguir el camino de la costa (casi el doble de kilómetros) o continuar buscando el camino interior a la desesperada. Elegí la primera opción, así que poco a poco los kilómetros fueron cayendo y el cielo oscureció completamente cuando aún me quedaba un centenar de kilómetros.
Por si eso no fuera poco, cuando ya casi estaba apunto de alcanzar el pueblo de Al Ula, la palanca de cambio de mi Chevrolet decidió salirse de la caja. Si se hubiera quedado en primera, segunda o tercera, habría sido imposible circular por la carretera, si se hubiera quedado en quinta, hubiera sido imposible acelerar. La caja de cambios se quedó anclada en la cuarta marcha, y aquello fue el principio de una larga amistad entre el pedal del embrague y mi pierna izquierda. Podría haber llamado a la empresa de alquiler y haber esperado un día o más a que vinieran a rescatarme rompiendo todos mis planes de viaje, pero tomé aquella casualidad sobre la cuarta marcha como una señal de Alá para que continuase mi camino. Aquella contingencia supuso unas cuantas nuevas reglas en mi viaje:
- tener cuidado de no aparcar en bateria (ir marcha atrás consistía en sacar medio cuerpo fuera del coche, pisar el embrague con la pierna derecha, el asfalto con la pierna izquierda y hacer fuerza)
- la aceleración en los semáforos se convirtió en bastante ridícula
- rezar por no quedarme parado cuesta arriba
- no pasar de 100 km/h en carretera y aguantar 4000 rpm a esa velocidad
- un incremento en el consumo de combustible, aunque teniendo en cuenta que con 5 euros llenaba el depósito, tampoco suponía mayor problema
DIA 3: Mada'in Saleh - Al Wajh
Hace tiempo ya conté la historia de los Nabateos y de las ruinas de Mada'in Saleh y el porqué de mi interés por visitar este yacimiento arqueológico. La forma más fácil de visitarlo es contactar con uno de los dos hoteles de Al Ula: el Arac Hotel Al-Ula o el Mada'in Saleh Hotel. Ambos organizan visitas guiadas pero únicamente para grupos y aquel día no había ningún grupo disponible al que poder unirme. Para visitar Mada'in Saleh es necesario solicitar un permiso a las autoridades locales con al menos dos semanas de antelación. Este permiso se puede solicitar en el Museo Histórico Nacional de Riad o bien a través de los anteriores hoteles.
Con el permiso amablemente gestionado por el hotel Arac, me dirigí a la entrada al yacimiento, que se encuentra a 22 kilómetros de Al-Ula. El vigilante de la entrada no hablaba inglés (para variar) y tras varios intentos de hacernos entender y de mostrarle todos los papeles de los que disponía me dejó pasar. El recorrido consiste en una carretera no asfaltada que te lleva por todos los puntos de interés, bastante diferente a Petra en el que debes ir preparado para andar durante todo el día. No puedo decir que sea más o menos espectacular porque es muy distinto, aunque he aquí unas pocas fotos para el que quiera comparar. Yo quedé bastante satisfecho de haber llegado hasta allí a pesar de las dificultades del camino.
A medio día emprendí camino de nuevo hacia la costa del Mar Rojo. Mi
Sin mayores contratiempos llegué al pueblo costero de Al Wajh, contento de mis habilidades de conducción en cuarta.
DIA 4: Al Wajh, Umluj, Yanbu
Algo en mi visita a Mada'in Saleh tuvo que enfurecer
A mitad de camino paré en otro pueblo costero, Umluj, que también contaba con una zona de playa bastante amplia, aunque algo descuidada.
Mi aventura con el Chevrolet no pudo terminar sin antes conducir bajo una tormenta de arena, que básicamente es lo mismo que conducir con niebla. Para mi sorpresa, el saudita común se muestra bastante respetuoso al volante ante esta inclemencia y reduce la velocidad considerablemente, aspecto que aún no hemos aprendido en España cuando cae la niebla.
DIA 5: Yanbu - Riad
En Yanbu me alojé en el Radisson SAS, no hay nada como una cadena internacional para asegurar una buena calidad en las habitaciones y los servicios del hotel. El único inconveniente que encontré es el recurrente tema de la maldita segregación sexual, según el cual la piscina y gimnasio estaban reservados para mujeres por la mañanas y para hombres por la tardes.
La localidad de Yanbu constituye la segunda ciudad de industrial de todo el país, con una inmensa planta petro química visible a kilómetros de distancia. Una enorme urbanización de casas unifamiliares ha sido construida a su alrededor al estilo de vida americano, donde se alojan los cientos de expatriados que trabajan en la central. Esta zona se conoce con el nombre de Royal Commision y cuenta con una zona de playa que, lástima, ¡es de uso exclusivo para familias!
El concepto de ir a la playa para una familia saudita es el mismo que el de pasar un día de campo para nosotros, salvo que la mujer no se quita la abaya ni el hombre su thob blanco. Nadie se baña en el agua y la familia se limita a jugar, charlar, comer y sembrar la playa de desperdicios. Aunque la entrada al recinto no hubiera estado restringida "no familias", no creo que me hubiera atrevido a mostrar mis pectorales, tomar el Sol y bañarme en las cálidas aguas del Mar Rojo. Sin embargo, delante del hotel encontré una zona de costa con poca arena pero donde al menos sí pude cumplir mi objetivo de tomar el Sol y dedicar unas horas a la lectura, tras lo cual procedí al check-out en el hotel y di por teminadas mis mini vacaciones sauditas.
El vuelo de vuelta me permitió hacer algunas reflexiones sobre las aventuras vividas. El KSA tiene un potencial enorme para el turismo, kilómetros de costa, Sol todo el año, yacimientos arqueológicos impresionantes y muchos atractivos de interés cultural - sin mencionar las ciudades de Meca y Medina, totalmente prohibidas para no musulmantes. Bajo cualquier otra cultura y bajo cualquier otro gobierno (con menos restricciones y más abierto al mundo) la costa del Mar Rojo ya se hubiera poblado de cientos de resorts de lujo al borde de aguas azul turquesa. Mucho tienen que cambiar las cosas para que llegue ese día, que estoy seguro que llegará cuando el dinero deje de brotar del suelo.
Hoy por hoy se puede decir que KSA es un país hostil para el turista occidental más allá del confort de algunos hoteles y resorts que las cadenas internacionales han construido en las principales ciudades (Riad, Jeddah, Damman, Hofuf).
Aún así me quedo con un buen sabor de boca de este viaje sobre todo por haber tenido la oportunidad de bucear en el que para muchos es el mejor sitio de buceo del mundo y por haber podido visitar Mada'in Saleh, patrimonio de la Unesco desde 2008.
2 comentarios:
Dani, en cuanto termines el resto de hitos de la lista, mandamos un correo a la embajada con este blog para que te inviten a una fiesta y te dejen terminar la lista ;-)
Por otra parte, visto lo visto, me da la sensación de que vas a acabar volviendo de KSA poniendo "religión musulmana" en el papelito, que las señales de Alá (PBUH si no recuerdo mal) están siendo muchas ;-)
Sip, si todo sale según lo previsto, me parece que lo de la embajada es lo único que se me va a quedar en el tintero.
Si tuvieras que escuchar lo grande que es Alá 50 veces al día durante 3 meses, tú también sufrirías la misma transformación, es un soniquete que se te queda en el cerebro.
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