jueves, 18 de diciembre de 2008

De compras

Jueves 18 de Diciembre, otro día menos para pisar tierras españolas y otro fin de semana en Riad en el que lo más emocionante que se prevee es jugarse la vida a raquetazo limpio en la cancha de squash del compound.

Ante esta perspectiva, he decidido volver a darle una oportunidad al tema de las compras en Riad. Por la mañana he ido a otro de esos Malls o centros comerciales gigantescos que abundan por aquí. De hecho, he visitado dos del tamaño de la Vaguada cada uno (para los que sois de Madrid) y tras recorrer unos 2 o 3 kilómetros y pasar por delante de unas 150 o 200 tiendas he encontrado lo siguiente:
  • aproximadamente he visto 3 o 4 tiendas con ropa de hombre (2%)
  • el resto de las tiendas son de ropa de mujer (70%), cosméticos (10%) , zapaterías (8%) o joyerías (10%) - así a ojo de buen cubero
Por supuesto, todas las tiendas están atendidas por personal masculino - indios, pakis, filipinos o libaneses, ya sabéis que el saudita común sólo trabaja en grandes empresas o ministerios. Y uno se pregunta: ¿para qué tanta tienda de ropa de mujer cuando lo único que pueden llevar por la calle es la abaya que les cubre hasta las cejas? Bien, supongo que en casa se vestirán como unas señoras, o bien algo más indecentes, es lo que tiene la libre competencia en el mercado liberalizado, como el hombre saudita puede ser polígamo, hay que ganar puntos en casa.

Tras esta experiencia, he decidido que necesitaba emociones más fuertes y he quedado con un colega del trabajo para buscar algo más auténtico. Hemos llamado a Mr.White y nos hemos plantado en el barrio de Batah. Esta zona de la ciudad es un inmenso hervidero de negocios cutres regentados en su mayoría por indios. Cómo describirlo... las calles y las tiendas son un caos absoluto, las construcciones están al borde de la ruina, todo está sucio, aunque sucio no es la palabra para describirlo...

... todo está guarro, eso sí lo describe mejor. Huele mal, y lo peor es que no sabes si el olor viene de la basura o de la gente que por allí circula. En cuanto a los artículos que se venden, aquello es como un 'todo a 100' de ropa, comida, electrónica, artículos para la casa, para el coche, para cualquier cosa que puedas imaginar. Hasta hay un mercado del oro, donde venden baratijas fabricadas en la India.

Como ya estábamos cansados de la jornada y mi colega del trabajo se encontraba como en casa - de hecho es indio, aunque de alta casta, que eso parece que lo respetan mucho - pues hemos comido por 4 euros (2 euros cada uno) en un 'restaurante' de lo mejorcito que hemos encontrado, eso sí que ha sido un deporte de alto riesgo. La verdad es que estaba rico, espero no sufrir las consecuencias. Por si fuera poco, mientras estábamos mirando cosas en una tienda, ha llegado un lugareño y nos ha ofrecido un dulce típico indio porque acababa de ser padre y parece que es tradición. Estaba asqueroso, pero es que si no te lo tomas se lo puede tomar como una ofensa.

Que conste que yo no era racista antes de venir a Arabia, y espero no convertirme en ello pasados unos meses. Desde luego a mí no me vuelven a ver por este barrio.

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